Estrés

Nos pasamos la vida corriendo y bajo presión y eso acaba por pasarnos factura en forma de cansancio mental, es decir, de estrés. Esta presión provoca diversos trastornos físicos y mentales e incluso puede acabar generando una enfermedad crónica. No dejes que sea demasiado tarde y descubre que plantándole cara al estrés disfrutarás mucho más de la vida.

TODO LO QUE NECESITAS SABER SOBRE EL ESTRÉS

¿Qué es el estrés?

El estrés es un estado de tensión nerviosa causado por diversos motivos, desde laborales o académicos hasta problemas sociales. Incluso una mala racha en la pareja, el nacimiento de un hijo o un trauma pueden provocar estrés. En la mayoría de los casos, suele estar provocado por un cambio vital.

Según algunos profesionales, más del 40% de la población mundial sufre estrés. Otra estadística eleva esta cifra y apunta que casi el 60% de los trabajadores ha padecido estrés en su lugar de trabajo, lo que ocasiona otros problemas físicos y mentales.

Pero lejos de lo que se cree, el estrés no siempre conlleva consecuencias negativas para la persona que lo sufre. Algunas veces este estado de tensión ayuda a incrementar la autoestima y refuerza nuestros límites.

¿Cuáles son las causas del estrés?

Es una reacción fisiológica del organismo ante una situación que percibimos y sentimos como una amenaza.

El estrés puede estar provocado por diversos motivos que supongan para nosotros una sobre-activación generada por un sobre-esfuerzo de característica positiva o negativa. Nuestra percepción puede ser consciente o inconsciente según la forma habitual de tratarnos a nosotros/as mismos/as.

Entre las causas más frecuentes del estrés indicamos las siguientes:

No decir NO: a pesar de sentir que no podemos asumir la demanda, la aceptamos y seguimos adelante, a pesar de saber que nos supera la propuesta.

Falta de satisfacción laboral: en el trabajo pasamos gran parte del día a día y el equilibrio en la relación laboral es fundamental para sentirnos felices en nuestro puesto de trabajo.

Factores económicos: necesitamos que nuestra economía se encuentre estable para mantener y disfrutar nuestra vida. 

Sobrecarga de trabajo: saber decir No nos mantiene a salvo de la sobrecarga laboral. Sin embargo, esta posibilidad a veces no está disponible para algunos de nosotros/as.

La perfección: como forma y modo de vida es muy exigente y agotadora, aceptar que hacemos lo que podemos con la justa responsabilidad y entrega puede ser la forma de sostener la situación y alejar el estrés de nuestra vida.

Asuntos familiares, problemas entre los miembros de la familia e incluso el nacimiento de un hijo/a. El estrés, como hemos dicho antes, puede ser generado por situaciones negativas o positivas.

¿Cuáles son los tipos de estrés?

La Asociación Americana de Psicología diferencia tres tipos de estrés:

  • Estrés agudo (evidenciado en estados de nerviosismo, problemas estomacales, ansiedad, ira).
  • Estrés agudo episódico (cuyos síntomas son hipertensión, migraña, dolor en el pecho, problemas cardíacos, dolores).
  • Estrés crónico (manifestado en crisis nerviosas, ataque al corazón, apoplejía, violencia, cáncer, suicidio).

Por su parte, en el ámbito de la medicina se distinguen los siguientes tipos de estrés:

  • Estrés normal (que puede causar leve ansiedad y nerviosismo para hacer algo), estrés patológico (depresión, crisis de llanto, ansiedad, problemas fisiológicos).
  • Estrés postraumático (más propio de los niños; puede estar provocado por un accidente o un suceso trágico).
  • Estrés laboral (que, según la OMS, afectaría a casi el 30 % de la población europea).

¿Cuáles son las consecuencias del estrés? ¿Cómo detectarlas?

La terapia Gestalt se basa en las siguientes técnicas para conocer el propio estrés:

El estrés en un sano equilibrio nos motiva a la acción y nos ayuda a reaccionar de forma efectiva ante una situación determinada.

Cada persona ha de encontrar cómo le afecta el estrés. Encontrad esos síntomas que se han transformado en hábitos.

Escucha los síntomas y mira como te relacionas con ellos. Falta de apetito sexual, sensación de ahogo o de fatiga, tensión muscular, interrupción del sueño, falta de concentración, arranques de ira, comer en exceso o estar inapetente.

La terapia Gestalt nos permite contactar con las circunstancias, situaciones imprevistas o contrariedades que nos generan estrés en el ámbito personal o profesional para aprender con responsabilidad y decisión a mejorar la relación con este. Reducirás el cortisol, mejorarás el sueño y la autoestima.

¿Cómo combatir el estrés con Terapia Gestalt?

Recibir asistencia profesional puede ser de gran ayuda para lidiar con este problema, pues nos aportará herramientas y tratamientos para reducir sus efectos. Según sea el estrés y la gravedad, el terapueta puede derivar al cliente o bien llevar la terapia en forma conjunta con el profesional sanitario.

Realizar ejercicios relajantes como el yoga o el pilates contribuyen a reducir los niveles de estrés y ansiedad. Por eso, son muy aconsejados para combatirlo. Meditar es una forma efectiva para gestionar el estrés y controlar la tensión del cuerpo.